Desde finales de la primera década del siglo XX, algunas denominaciones protestantes de los Estados Unidos, fijaron su mirada en la República Dominicana, deseando su emancipación política y espiritual: Presbiterianos, Metodistas y Hermanos Unidos decidieron aunar esfuerzos para ir a este país caribeño a predicar el evangelio, organizando una nueva Iglesia, autónoma e independiente, sin ataduras a concilios extranjeros, que elaborara sus propios pensamientos, a la luz del propio confrontamiento de las tradiciones reformadas protestante pero sobre todo de las Sagradas Escrituras. Quisieron que esta nueva Iglesia estableciera su propio gobierno, con leyes y reglamentos surgidos como reflejo de las realidades y necesidades nacionales.

Es así como el 1.º de enero de 1922, surge la Iglesia Evangélica Dominicana, IED, en un culto especial celebrado en la oriental ciudad de San Pedro de Macorís, para anunciar las Buenas Nuevas del Evangelio de Jesucristo y establecer su Reino en esta parte de la isla de Santo Domingo. Una semana después se organiza la congregación en Santo Domingo y en marzo se organiza en La Romana. Un año después se inaugura en San Cristóbal y en 1925 se organiza la de Barahona. Años más tarde, se unieron los Metodistas Wesleyanos, que desde un siglo antes se habían radicado en el país. También en 1960 se unen los Moravos que servían en el territorio desde los albores del siglo.
A fin de alcanzar el logro efectivo de una compenetración con el país, en todos los órdenes, las denominaciones auspiciadoras se propusieron ofrecer sus servicios a través de la Iglesia Evangélica Dominicana a través de cuatro áreas diferentes, pero encaminadas las cuatro a beneficiar la familia dominicana, a saber:
Primero en el área religiosa. Puesto que la razón de ser del trabajo, seria la proclamación del mensaje del Reino de Jesucristo, en nuestro medio, a fin de que el hombre y la mujer dominicana, alcanzaran la liberación de la totalidad del ser, en lo material y en lo espiritual. Nuestros organizadores recorrieron palmo a palmo todo el territorio nacional, estableciendo congregaciones en ciudades, lomas y sabanas, levantando humildes Capillas o suntuosos templos, donde se alabara y glorificara el nombre del Señor. La respuesta del pueblo dominicano fue positiva, aceptando el evangelio de amor y la salvación en Jesucristo.
Segundo, en el área educativa. Reconociendo que es necesario culturizarse y educarse en el ambiente secular a fin de abrirse paso en la vida de oportunidades, fueron organizadas numerosas escuelas parroquiales, para ofrecer el plan de la enseñanza a los hambrientos del saber.
Tercero en el área social. Se propusieron nuestros fundadores ofrecer ayuda al pueblo dominicano, traducida en ropa, alimentos, viviendas: La línea del servicio había de dirigirse hacia la introducción de prácticas deportivas; antes desconocidas en el país y la distribución de literatura secular.
Cuarto, el área médica. Sabiendo la necesidad de la salud como factor primario para el disfrute de la vida, se planificó el establecimiento de un Centro Médico, el más avanzado del país en su época, así como clínicas diseminadas por toda la república para atender a los necesitados, sin ninguna diferencia.
La Iglesia Evangélica Dominicana como esfuerzo misionero, es un proyecto ecuménico, fruto de la colaboración de tres denominaciones protestantes de los Estados Unidos, que decidieron unir esfuerzo y recursos con el común denominador de la presentación de la obra redentora de Jesucristo, para la salud de las naciones.
Luego de poco más de nueve décadas de fructífero ministerio en el país, contamos con 5 mil miembros, más de 55 congregaciones, 200 puntos de predicación, 75 Templos y Capillas, unos 20 centros educativos 1 seminario, 6 centros de salud, cerca de 50 pastores entre hombres y mujeres y un Centro Conferencial Ecológico.

Todo nuestro ministerio ha estado dedicado “A la Gloria de Dios… y al servicio de los hombres», esperando seguir ampliando nuestras fronteras, abriendo nuevas áreas del servicio y descubriendo nuevos horizontes para la honra de nuestro Señor.
Fuente principal: «HORIZONTES DE ESPERANZA» Historia de la Iglesia Evangélica Dominicana del Dr. Hernán González Roca. Historiador de la Iglesia Evangélica Dominicana.